jueves, 8 de octubre de 2009

Dimensión Espiritual


El desarrollo de esta dimensión en el niño(a), le corresponde en primera instancia a la familia y posteriormente a la institución educativa, al establecer yr mantener viva la posibilidad de trascender como una característica propia de la naturaleza humana, la espiritualidad y en las cultur
El espíritu humano crea y desarrolla mediante las culturas, un conjunto de valores, de intereses, de aptitudes, actitudes de orden moral y religioso con el fin de satisfacer la necesidad de trascendencia que lo caracteriza.

Dimensión Ética y valores


La formación ética en los niños es una labor tan importante como compleja, consiste en abordar el reto de orientar su vida. La manera como ellos se relacionarán con su entorno y con sus semejantes, sus apreciaciones sobre la sociedad y sobre su papel en ella, en fin, aprender a vivir.
Desde los primeros contactos que los niños tiene con los objetos y personas que lo rodean, se inicia un proceso de socialización que los irá situando culturalmente en un contexto de símbolos y significados que les proporcionará el apoyo necesario para ir construyendo en forma paulatina su sentido de pertenencia a un mundo determinado y sus elementos de identidad.

Dimensión Estética



Esta dimensión juega un papel fundamental en el niño(a), ya que brinda la posiblidad de construir la capacidad de sentir, conmoverse, expresar, valorar y transformar las percepciones con respecto a sí mismo y a su entorno.
La sensibilidad se ubica en el campo de las actitudes, la autoexpresión, el placer y la creatividad que encierra un compromiso, una entrega. Es hacer caso a la expresión espontánea que hace el niño(a) de sus emociones y sentimientos, brindándole un clima de seguridad y confianza.

Dimensión Comunicativa


La dimensión comunicativa en el niño(a) está dirigida a expresar conocimientos e ideas sobre las cosas, acontecimientos y fenómenos de la realidad; a establecer relaciones para satisfacer necesidades, formar vínculos afectivos, expresar emociones y sentimientos. Para niños de preescolar el uso cotidiano del idioma. Su lengua materna en primera instancia y las primeras formas de comunicación y expresión, le permiten centrar su atención en el contenido de lo que desea expresar a partir del conocimiento que tienen o va elaborando de un acontecimiento, constituyéndose el lenguaje en la forma de expresión de su pensamiento. Entre más variadas y ricas son sus interacciones con aquellos que lo rodean y con las producciones de la cultura, más fácilmente transforma su manera de comunicarse, enriquece su lenguaje y su expresividad.

Dimensión Cognoscitiva


El desarrollo intelectual tiene que ver fundamentalmente con ciertas formas y estructuras de acción por medio de las cuales el ser humano asimila los objetos y eventos con los cuales interactúa. La utilización constructiva del lenguaje se convierte en un instrumento de formación de representaciones y relaciones, y por tanto, de pensamiento. Los símbolos son vínculos principales de la intersubjetividad y relación social; son en esencia sistemas de relación a través de los cuales se comparten mundos mentales.

Dimensión Socio-Afectiva


Procurar un adecuado desarrollo socio-afectivo del niño(a) implica facilitar la expresión de sus emociones, tanto de ira, rabia, temor, llanto, como también de bienestar alegría, amor, entusiasmo, darle seguar dentro de ridad en sus acciones, facilitando la posibilidad de escoger, decidir y valorar dentro de una relación de respetoo mutuo de aceptación, de libertad de expresión, de solidaridad y participación, hace parte de la formación para la vida, por cuanto permite a los niños ir creando su propio esquema de convicciones morales y de forma de relacionarse con los demás.

Dimensión Corporal

La expresividad del movimiento se traduce en la manera integral como el niño(a) actúa y se manifiesta ante el mundo con su cuerpo, en la acción del niño(a) se articula toda su afectividad sus deseos, sus representaciones, pero también todas sus posibilidades de comunicación y conceptualización: por tanto, cada niño(a) posee una expresividad corporal que lo identifica y debe ser respetada en donde sus acciones tienen una razón de ser.

La psicomotricidad implica no sólo la competencia para realizar determinados movimientos, sino también la competencia para dirigir concientemente dichos movimientos. Como dominio especial de la psicomotricidad está el desarrollo de las habilidades motoras básicas, a saber: Postura, equilibrio, coordinación motriz, imagen corporal, lateralidad y direccionalidad.



Objetivos Específicos de la Educación Preescolar

Respetar el ritmo personal de cada niño y su individualidad.




Brindar a los niños medios y oportunidades para satisfacer sus necesidades creadoras.

Procurar el desarrollo de habilidades, hábitos y destrezas que le sirvan para enseñarle a vivir.


Convertir el pre-escolar en un lugar donde los niños encuentren amor y comprensión que compensen muchas cosas de las cuales carecen en el hogar.


Favorecer la coordinación motriz y la actividad mental para procurar el desarrollo de las capacidades intelectuales, observación, atención, socialización, razonamiento y expresión creativa.


Hacer que el niño aprenda jugando.
Inducir en el niño(a) la adquisición y desarrollo de habilidades y destrezas para lograr la madurez necesaria para el aprendizaje de la lectoescritura.

Objetivos Generales de La Educación Preescolar

Preparar un ambiente agradable para que el niño y la niña se sienta cómodo y alegre al llegar al pre-escolar.
Lograr el desarrollo armónico de la personalidad del niño(a) atendiendo los aspectos físico, intelectual, social y espiritual para facilitar la adaptación al medio social y a la vida escolar.


Dar oportunidad para lograr el máximo desarrollo intelectual y sensorial mediante experiencias dirigidas o libres dentro y fuera del salón y capacitarlo por medio del juego.




Acostumbrar al niño a actuar solo y capacitarlo para vivir en comunidad.


Estimular el aprendizaje de normas de trabajo en grupo; compartir, respetar al otro, exponer ideas ante un grupo.



Hacer partícipe a la familia de la educación de sus hijos.




Permitir al niño que viva su infancia plenamente y en forma feliz.